¿Qué es el hielo seco?

El hielo seco, a diferencia del tradicional, esta compuesto por CO2 congelado. Este gas es conocido por ser el mismo que se utiliza para realizar las bebidas carbonatadas. Se le denomina seco porque al descongelarse pasa directamente al estado gaseoso, sin llegar a convertirse en líquido.

A la hora de ser manipulado, es necesario tener en cuenta su baja temperatura, por debajo de los 40º bajo cero. Por ello, es necesario tener precaución y usar guantes adecuados o pinzas para evitar quemaduras en la piel.

Aunque estéticamente se asemeja mucho al hielo tradicional, sus cualidades son muy distintas. El hielo seco es totalmente estéril, inodoro e inodoro que no modifica las propiedades de aquello en lo que se aplica. Otra característica a destacar es su efecto bacteriostático gracias a la acción de CO2.

Es de color blanco y, presurizado, tiene una densidad de aprox. 1500 kg/m3 y una temperatura de sublimación de -78 °C. El punto de sublimación muy bajo y el hecho de no dejar residuo líquido lo convierten en un excelente refrigerante con numerosas y variadas posibilidades de uso.

¿Cuales son las aplicaciones del hielo seco?

El hielo seco puede tener un gran número de aplicaciones. Aunque popularmente es  conocido por su uso en gastronomía y conservación de alimento, su aplicación en otros sectores es muy común.

Los profesionales de la hostelería y restauración encuentran en el hielo seco un perfecto aliado a la hora de trabajar. Son muchos los restaurantes en los que se utiliza para la presentación de platos o la elaboración de cócteles y helados. Además podemos encontrarlo también en el mundo del espectáculo, donde se emplea para generar niebla baja artificial.

En la limpieza industrial es muy habitual su uso. Se debe a que al no producir agua, es perfecto para criogenizar productos sensibles a la humedad como aparatos eléctricos. También es muy común utilizar este producto en transporte de alimentos congelados o productos farmacéuticos, debido a su gran capacidad frigorífica, que permite conservar productos sensibles a una temperatura de -80 °C.

Otros de sus muchos usos son la limpieza de pozos o el marcado de ganado.